miércoles, 25 de febrero de 2015

Seamos

Sabio fue el deseo que nos dominaba, fueron tantas veces que nos encerraba entre el delirio de nuestras miradas, fieles a la lujuria nos sentamos a observar, nuestra piel nos cantaba obscenidad y mi desnudez encantada de su presencia se retorcía al ver su lienzo jugar para disfrutarnos una vez más.

Mis curvas bajo sus cálidas sábanas se movían sutilmente y sobre sus piernas mis caderas marchaban ante el placer de nuestra velada. Que delicia su sonrisa que describía el goce que le provocaba y esos ojos que seguían el ritmo de mis pechos con los que jugaba.

Estábamos muertos entre el calor de nuestras piernas, estábamos excitados y bañados en ambrosía, sus manos dibujando mi espalda y mi lengua lamiendo sus ganas, mis gemidos le susurraban lo deliciosa que eran sus palabras, lo exquisito que era su ir y venir dentro de mi sonreír.

Su nombre se hacía presente entre mis alaridos nada elocuentes, pues su ser me hacía suya, cada embestida era una escritura por el arco de mi locura, me tenía totalmente abierta a su antojo, devorándome sin compasión, de arriba hacia abajo escribía y su barba me hacía cosquillas.

Temblaban nuestros recuerdos, el pecado era nuestro, esta noche le invito a que seamos eso, un solo cuerpo, todo un verso y una completa pasión.

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