domingo, 19 de julio de 2015

A cuartas y medias

Solo en noches donde la penumbra grita es cuando el miedo baila alrededor de la pasión...
noches que han sido largas en este viaje donde las almas dejan de jugar y se dedican a devorar
donde las risas se vuelve aullidos, donde la oscuridad misma se revela.

Allá a la vuelta del vacío se encuentran esos que gimen dolor y penas, ahí donde me gusta caminar entre fuego donde siento al pudor desmembrando cuerpos, donde la sangre es un delicado vino tinto del que puedo disfrutar acompañada de soledad.

No hay puerta por cual salir ni pasillo que dé camino a partir, estaba perdida buscando esencia, buscando esa parte que me devuelva completa; tengo la mitad de una sonrisa, una cuarta parte de risas, he perdido la vista, mis fuerzas son pocas, me falta mi máscara, mis letras añejadas y sigo sin encontrar la vereda donde el verso me cita donde sus dedos desafían mi sonrisa.

No encontraba salida, escuchaba sus gritos, su terror clamaba ayuda, no tenía boca para dar suspiro, me encerraron y encadenaron junto al olvido, trataron de marcar mi piel, desvanecer mis recuerdos de obligarme a entretenerlos frente al espejo, gemirles lujuria y ser desenfreno de su hambruna.

La opacidad me condenaba y el tiempo no marcaba horas, un solo verso en mi maleta era compañía, ese que me salvó de la cobardía, me empujó a abandonar todo reflejo a ser dueña de mi juego ese verso escrito por él a quién mi poema le pertenece.

Pude alzarme a vencer una vez más ese infierno entre sueños, al final de esa travesía donde se encuentra ella vencida. Estoy a medias e incompleta con las alas quebradas y sin silueta pero con un poco de sus letras un poco de fuerzas y una revancha por iniciar...


                                                                                                                   ANTONIA.

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